martes, enero 31, 2006

DESEO, DESEO, DESEO.

Si supieras cuánto curaste mi alma
Siempre acechada por los vientos del desdén,
No caminarás jamás en la oscuridad del desamor,
Vagando con los ojos y sin esperanza.

La brisa de tus besos llenaron mi corazón
De caricias empapadas en el mar de la ternura,
Y el mar me tocó los pies con olas rosadas,
Olas que llevaron mi espíritu
A la isla del deseo.

Y el deseo me invadió hasta perderme
En el abismo de tu cuerpo.