sábado, marzo 07, 2009

Tomado de: "El libro de los amores ridículos". Milán Kundera.


-Sí, para ti. Porque estoy feliz de estar contigo. Porque estoy feliz de que existas. Alzbeta. Puede que te quiera. Puede que te quiera mucho. Pero quizá por eso mismo será mejor que nos quedemos tal como estamos. Puede que un hombre y una mujer están más cerca el uno del otro cuando no viven juntos y cuando simplemente saben que existen y que están agradecidos por existir y por saber el uno del otro. Y sólo esto les basta para ser felices. Te agradezco, Alzbeta, te agradezco que existas.

domingo, marzo 01, 2009

CRÓNICA DE UN ENCUENTRO INCONCLUSO.




Me llevaste de la mano a cruzar la línea y me recibiste con un fuerte abrazo.





Vagamos largo rato entre los recovecos de la piel, explorando concienzudamente las terminales nerviosas, reconociendo nuestros cuerpos como viejos compañeros de batallas. Instantes posteriores se comunicaban como telépatas posesos, incansables, anestesiados de placer.




La humedad era creciente cuando cronos nos pilló infragantis, la dignidad hecha jirones se sacó los ojos ante dicho espectáculo.




Ya nada importaba, el contacto se había realizado satisfactoriamente y los rastros no podían identificar dos seres, sólo las cenizas de una combustión completa quedaron como testigos mudos. La caricias crearon cicatrices, huellas buriladas con el fuego de la iluminación, los receptáculos de carne, sudor y huesos se vaciaron, y nunca fui la misma después de aquello.




La necesidad fue sembrada en embriones germinantes. Alrededor, un campo de girasoles esperarán pacientes a que la plántula se mantenga viva. Ahora cualquier contacto con el oxígeno abrasará espontáneamente la memoria.




Ese fue el primer encuentro entre un ángel y un demonio que engendrarán una etapa de placeres inimaginables, de reglas quebrantadas, de tabúes derrumbados. Pueden venir religiones de cualquier marca, sociedades puritanas y dictadores salvajes, pero ninguno abatirá las consecuencias de ese acercamiento, ese combate cuerpo a cuerpo de altos grados aderezado sólo por las miradas de los antiguos soles.




Y en la oscuridad sólo el silencio, la yerba fragmentada, los residuos carbonosos de todo lo viviente.




La entrada a las entrañas de la bestia estaba surcada por besos frugales y retazos de piel, lágrimas ahogadas entre recuerdos y sueños, al final el disfrute sin censura, sin filtro, sin pensamientos o planeación.




Sin embargo quiero que esos sentimientos me carcoman un tiempo, quiero detener esa incesante palabrería de cartón que pulula en mi cabeza. Hoy tengo ganas de romper los cánones, permitirme sentir intensamente lo que los órganos de los sentidos tienen para comunicarme sin más barreras que la propia piel.




Quiero ver sin miedo a la censura, quiero oír cosas que no me conciernan, quiero oler nuevas esencias, quiero degustar especias exóticas y finalmente quiero palpar nuevos horizontes epiteliales; este año será para ampliar el acervo emocional. Disfrutaré de las mieles así como de las hieles. Haré cosas prohibidas, diferentes, desarrollaré mi lado oscuro.