miércoles, agosto 17, 2011

TRISTEZA




De dónde sale esa tristeza que escapa por la orilla de mis ojos. Dónde habita y se escurre sigilosa entre la vida. Tristeza huésped, ya no invitada a las tertulias. Tristeza con chaperona soledad. Tristeza que llegó a mí, brutal, empapada de recuerdos, derrotas, vacíos, verdades. Llegó a destrozarlo todo. Esta semiestabilidad que proporciona la negación de los sentimientos quedó arrollada por el enfrentamiento imparable de las realidades artificiales.



Y una ola de emociones que me aplasta, imágenes, paisajes enchapopotados, quemantes, que laceran. Me derrumbo, truenan las rodillas contra el asfalto, se rompe la vertical.
EXILIO




Mi corazón está podrido. No más felicidad, no más cariño, no más amor, no más, amor...



Porque no estás, porque no existes, porque te fuiste, porque eres menos que nada en estos labios de piedra.



Estas manos nunca se aprendieron el camino hacia tu éxtasis puesto que nunca probaron tu piel. Las nubes no conocieron su humedad derramada sobre los cuerpos.



No hay testigos, no hay recuerdos, sólo el dolor queda, el vacío de tus besos.



Y las mariposas del vientre se exiliaron para morir con las alas secas tatuadas con la sal de las lágrimas en el laberinto de la soledad.