domingo, diciembre 18, 2011

CRÓNICA DE UN AMOR NO PEDIDO.




Me encandené voluntariamente a tu presencia, a tu mirada distante y fría, a los silencios donde no pensabas en mí.



Te acepté con tus heridas sangrantes, tu deseo apagado por el pasado y la indiferencia a mis susurros.



Y aún así estos latidos pronuncian tu nombre, estos labios tienen sed.



Tengo un enamoramiento ectópico, cariño enraizado en ojos ciegos, boca muda y manos muertas. Derramándose la miel entre los escombros, en tierra árida.



Abortaré estos besos, las caricias tímidas que se me quedaron en los dedos.



Volveré a mi guarida de soledad, a velar día y noche cual ritual, la muerte de este amor que sólo vivió en los textos.