lunes, agosto 06, 2012

TE ESPERO



El hombre que yo espero, está tan ensimismado en sus recuerdos que cuando vuelva al presente, tendrá que buscarme como huella lejana entre el polvo de las sábanas podridas, en los restos de saliva de los besos de aquellos profanadores de tejedoras Penélopes, en las palabras de juglares que cantan las historias de traición como contra-hazañas propias de la guerra de los Ulises carcomidos por las imágenes del pasado.

Esos hombres que recuerdan y sonríen, lejanos, intangibles, no les queda más que a su regreso, cosechar los detritus de las caricias y llevarlos a un pedestal de su museo personal para continuar el ciclo de la contemplación de lo que se perdieron.

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