domingo, diciembre 18, 2011

CRÓNICA DE UN AMOR NO PEDIDO.




Me encandené voluntariamente a tu presencia, a tu mirada distante y fría, a los silencios donde no pensabas en mí.



Te acepté con tus heridas sangrantes, tu deseo apagado por el pasado y la indiferencia a mis susurros.



Y aún así estos latidos pronuncian tu nombre, estos labios tienen sed.



Tengo un enamoramiento ectópico, cariño enraizado en ojos ciegos, boca muda y manos muertas. Derramándose la miel entre los escombros, en tierra árida.



Abortaré estos besos, las caricias tímidas que se me quedaron en los dedos.



Volveré a mi guarida de soledad, a velar día y noche cual ritual, la muerte de este amor que sólo vivió en los textos.

miércoles, agosto 17, 2011

TRISTEZA




De dónde sale esa tristeza que escapa por la orilla de mis ojos. Dónde habita y se escurre sigilosa entre la vida. Tristeza huésped, ya no invitada a las tertulias. Tristeza con chaperona soledad. Tristeza que llegó a mí, brutal, empapada de recuerdos, derrotas, vacíos, verdades. Llegó a destrozarlo todo. Esta semiestabilidad que proporciona la negación de los sentimientos quedó arrollada por el enfrentamiento imparable de las realidades artificiales.



Y una ola de emociones que me aplasta, imágenes, paisajes enchapopotados, quemantes, que laceran. Me derrumbo, truenan las rodillas contra el asfalto, se rompe la vertical.
EXILIO




Mi corazón está podrido. No más felicidad, no más cariño, no más amor, no más, amor...



Porque no estás, porque no existes, porque te fuiste, porque eres menos que nada en estos labios de piedra.



Estas manos nunca se aprendieron el camino hacia tu éxtasis puesto que nunca probaron tu piel. Las nubes no conocieron su humedad derramada sobre los cuerpos.



No hay testigos, no hay recuerdos, sólo el dolor queda, el vacío de tus besos.



Y las mariposas del vientre se exiliaron para morir con las alas secas tatuadas con la sal de las lágrimas en el laberinto de la soledad.

martes, febrero 22, 2011

Mi Amante


Yo tengo un amante, lo confieso. Es un ser humano que me ama intensamente a ratos.

Esos minutos que compartimos, valen un universo de sensaciones y las caricias de años en compañía.

Cuando nos reunimos llena cautelosamente todos los vacíos de mi alma.

Con sus manos cura las heridas que otros seres me dejaron en batallas impersonales, supérfluas, sin sentido.

Marca toda mi piel con su lengua, dibujando laberintos de sal.

Al ritmo de la carne palpitante danzamos del día a la noche, en un vaivén interrumpido solamente con pausas entre orgasmo y orgasmo.

El amor físico abre puertas a la comunicón espiritual, en una vibración de intensidad creciente a cada segundo de su tacto.

Todas mis fibras se estremecen a la simple percepción de su mirada.

Mi amante, me toca más allá de la piel y me acaricia con la sutileza del viento y la implacable furia del océano. Me ama más aún en la lejanía de los cuerpos.

Mi piel está tatuada con el mapa de sus caricias, jeroglíficos antiguos plasmados a través de los siglos.

Yo digo amor, cuando mi sexo solicita su presencia. Él dice cariño, cuando me atraviesa como un rayo de luz cayendo sobre un prisma de cristal.

Y nuestro amor-cuerpo permanece y trasciende los espacios.

lunes, febrero 21, 2011

Ofrenda de amistad


Te doy mi amistad sencilla, mi risa por la mañana, mi cabello despeinado. Mi placer por el viaje sin rumbo por las carreteras y brechas. Mi primer café del día, mi mal humor. Mis brazos amorosos, los besos de mediodía.


También te brindo, mis oscuras fantasías, mi simpleza, el estrés que provoca mi ocupación. Las carcajadas llorosas, las lágrimas alegres, los tiempos perdidos encontrando el camino de regreso. Los te quiero robados, los abrazos no pedidos.


Sólo te pido un poco de tu espacio, unos minutos de tu tiempo, tu sonrisa bonachona, tu tosudez, tus angustias por la ardilla roba-bolsos, tu increíblemente juguetona imaginación. Tu presencia constante, tu lealtad sin límites.