lunes, agosto 12, 2013

EL MENTIROSO MÁS GRANDE DEL MUNDO


¿Quién hubiera pensado que al introducir tu miembro repetidas veces, me infectarías con la enfermedad del cariño desmedido, del apego hacia ti, de la melancolía de tu ausencia? O es entonces que al ingerir mis fluidos me dejaste vacía, añorando ser llenada de ti.

Si todo quedara en el plano físico, seguiría disfrutando los encuentros. Cómo te atreviste a besarme con ternura, a susurrarme palabras dulces, a tratarme como si me quisieras. Por qué creaste la imagen de que era única y exquisita. Por qué te entregaste de esa forma en los juegos de cama.

Y luego volvías a ella, como si nada, enamorado, formal, cariñoso.

Qué debo pensar de ti, de mí, del nosotros que no existe.

Cuál es el sentimiento que evoco en tu mente cuando piensas en mí fuera del lecho.

Me recordarás cuando la ves, sentirás su deseo y lo confundirás con el mío, encontrarás mi sabor en sus labios.

O soy un relevo más para tus ganas, una vagina húmeda siempre abierta a ti, una mujer sencilla por carecer de moral y pudor. Una puta divertida, un juguete de carne que te cumple tus antojos.

Qué soy, qué eres, qué somos cuando estamos compartiendo el mismo espacio.

Intentaré despojarme de este sentimiento llamado amor para que no contamine el buen sexo, seguiré escupiéndolo en papel hasta que se me acabe la tinta o que los besos sepan a olvido.

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