lunes, junio 12, 2006

DEL TRABAJO A LA OPRESIÓN
El papel del trabajo en la vida humana no se reduce a satisfacer sus necesidades materiales o la obtención de riqueza. En el proceso de trabajo se observa todo el conjunto de las relaciones sociales, como las formas de propiedad y distribución, las organizaciones e instituciones sociales, la disciplina laboral, etc.

En el trabajo el ser humano forma su personalidad, desarrolla sus capacidades y las realiza en su actividad laboral.

En el curso de la historia humana, el trabajo ha sido una actividad que le es impuesta al hombre desde fuera y que es ajena a él. El trabajo lo ha extenuado y no sólo no le ha dado satisfacciones, sino que a menudo ni los bienes materiales indispensables; con el trabajo el ser humano no se ha enriquecido, sino empobrecido, no se ha desarrollado, sino degradado. Esta situación ha sido engendrada por las relaciones de explotación.

He aquí el nacimiento de la lucha encarnizada entre dos regímenes económicos que son el capitalismo y el comunismo aplicados según la conveniencia de los gobernantes y no conservando así los principios de cada uno.

El capitalismo se basa en la explotación del trabajo asalariado y la propiedad privada sobre los medios de producción, éstos se encuentran en manos de sólo una parte de la sociedad, lo que puede llevar al sojuzgamiento económico de la otra parte. El capitalismo divide a la sociedad en dos clases, la burguesía y la clase obrera. También maneja la división del trabajo y esto con miras a la especialización. Hay una frase que lo caracteriza y es “La explotación del hombre por el hombre”.

En el comunismo se plantea la posibilidad de una forma muy idealista y utópica del trabajo, ya que se desea el trabajo voluntario, que se da sin esperar recompensa y sin condiciones, trabajar en bien de la causa común y como una necesidad para cualquier organismo sano. El trabajo comunista es una actividad que se orienta directamente a que se manifiesten las capacidades del ser humano con creatividad, el desarrollo de todas las fuerzas y posibilidades humanas; y la creación de los bienes materiales es sólo el medio para alcanzar este fin principal. Claro que este tipo de trabajo requiere obligadamente una elevada responsabilidad social del hombre, autodisciplina y organización que emanen orgánicamente de los intereses, necesidades e inclinaciones de la persona.

Hoy en día el capitalismo es un monstruo mundial que nos está aplastando y sin medias tintas crece la división de clases sociales y obviamente se acentúa la pobreza, la anarquía y la desesperación.

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