martes, junio 27, 2006

MORTA

Muerte mía, háblame, te necesito. Revela el día y la hora cuando podremos caminar tomadas de la mano para deslizarnos en la oscuridad de los recuerdos, de la sinrazón de la existencia. Contigo me siento acompañada, tú la única presencia constante y certera. La que guiará este cuerpo maltrecho hasta el final del camino pedregoso.

Dime, mi muerte cuándo llegarás. Quiero tocarte el rostro con mis huesos y fundirnos una en la otra como 2 energías contrarias. La vida pesa demasiado. Muerde muy fuerte. Ven a mí ahora. Dame de esa miel de tus labios negros. Dime tú, si cabalgas en las nubes o te hundes acechante bajo los pantanos. dónde estás, te alejas? No temas, acaso eres tímida, como aquellas hierbas de la pradera con el contacto del viento.

Qué pasa mi muerte, háblame, cuéntame los secretos del universo, mis oídos están listos para tu voz. Cúbreme con tu manto de estrellas. Sáname de este dolor palpitante que va y viene. Tu compañía me da fuerza. Estás tan sola como yo, ganándote el odio de los seres porque no te conocen, porque no quieren sentirte. Ven y abrázame. Dame tu odio, o tu amor si es que te queda algo de sensibilidad en esos huesos rotos.

1 comentario:

J.S. Zolliker dijo...

Hoc hic misterium fidu firmiter profitemur: hic mors gaudet succurrere vitam.