AUSENCIA
Yo Penélope, tejí un capullo de sal
Para morirme a tus caricias,
Quedarme atrapada en el espacio
De tus ojos.
Ser sin rostro,
Olor de ausencia en la vida de mi piel,
Llévate tus labios de mar
Y escucha el suspiro del viento.
Mis raíces se desprenden
Y empiezo a caminar entre las sombras,
Vagos recuerdos
Sonidos húmedos
Que callan con descaro
Mi secreto a voces.
El viento compone sinfonías líquidas
Mientras me hundo bajo los cerros dormidos,
Y empieza a renacer entre mis dedos
La vida perenne y dócil.
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